Tengo miedo torero

"...Qué le importaba a ella lo que pasara, qué le importaría llorar el después, si en ese momento podría morir de solo mirarlo, de solo sentir su mano amarrándole los hombros con el cariño cotorro de su abrazo. El mañana quedaba atrás con el soplido del vehículo en marcha. El mañana lo soñaban ellos, viajando unidos en los ecos de sus risas, en la reiteración fílmica de la ciudad que escenografiaba pardusca el tránsito sin futuro de ese destino".

"...Quiero olvidar esta tarde, repitió ella volviendo a llenar los vasos, olvidar que la vida es tan mezquina y tan pocas veces te da estos ratos de felicidad. Pero no te pongas triste, la trató de consolar Carlos alzando la copa. Déjame estar triste, es la única forma que conozco de estrujar la felicidad, para que después no me pene...".

Tengo miedo torero, Pedro Lemebel (Las Afueras).

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