Hotel Splendid

"Es muy difícil mantener un hotel. La abuela nunca tuvo estas preocupaciones, porque solo conoció el Splendid cuando era nuevo. Me decía que tenía la gran suerte de vivir en el Hotel Splendid, que no había mejor vida que la que llevábamos allí. Yo estaba de acuerdo con ella. Estaba orgullosa de vivir en el Splendid". 

Fragmento de Hotel Splendid de Marie Redonnet (Malas Tierras Editorial). 

"Los clientes me tenían cariño. Los tiempos han cambiado. A lo mejor Adel tiene razón. Si construyesen ese ferrocarril, la vida podría cambiar. Tal vez me animara a pedir un préstamo, a hacer unas reformas. Incluso podría rebautizar en Splendid, llamarlo Hotel del Ferrocarril como querría Adel. Sería un nuevo comienzo. Adel tendría que preocuparse por el porvenir del hotel, renunciar a su carrera en el teatro. A lo mejor necesito ayuda. Estoy segura de que Adel tendría un montón de ideas para retener clientes. Desde que se paró la obra solo tenemos clientes de paso. No les gusta el Splendid, eso se ve enseguida. Sin embargo, el hotel está tranquilo, y ahora todo funciona. Hasta los sanitarios. Es un hotel confortable. En una región tan aislada, es inesperado y digno de aprecio encontrar un hotel con sanitarios en cada habitación."

 

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