Material de construcción

Na súa primeira novela, Material de construcción, a escritora vasca Eider Rodríguez recolleu os fragmentos dun pai para reconstruir, desde diferentes perspectivas e con un estilo brutal e descarnado, o relato dunha época e dun lugar, sacando á luz as consecuencias que saen dun problema como o do alcohilismo cando se enfronta dentro do seo familiar. Unha historia entre pai e filla, que a pesar de ter vivido na misma casa durante anos, apenas teñen trato. Non se falan nin se tocan, pero as miradas, os cheiros e os sons sírvenlles de vínculo.

"Creo que empecé a escribir para librarme de tu carga, fue la manera de alejarme de ti, la oportunidad de ser otra persona, en otro lugar, entregada a otros. Empecé a sentirme celosa de actrices, bailarinas y pintoras, de su mundo en apariencia liviano, donde no solo la precariedad material, sino la emocional, podía converstirse en algo encantador. Sin embargo, yo no valía ni para el teatro, ni para bailar, ni para pintar. No sabía hacer nada, aparte de nadar y de leer. Quizá, si me esforzaba mucho y me convertía en una de ellas, tendría la oportunidad de transformar la decadencia en belleza. Quizá en aquellos mundos existiera para los padres alcohólicos y sus hijas un rincón calentito con conjines de terciopelo, pañuelos de seda encima de las lámparas y un dulzón olor a tabaco.

Interpuse entre vosotros y o palabras desconocidas, ladrillo a ladrillo. El objectivo era desclarasarme a través de la lectura y de la escritura, pero no esperaba que gracias a aquel ejercicio tomaría conciencia de lo que soy y de lo que somos, y que precisamente la verdad vendría de la mano de la belleza. Me alejaría del lugar de que venía, pero a cambio nunca olvidaría mi origen: soy del almacén donde se vendía cemento, cal y arena". 

Material de construcción, de Eider Rodríguez (Random House)

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