El árbol viene

"A árbore ven, a árbore ven, a árbore ven" para os mulai, o vago recordo dunha terra frondosa funciona como o de un paraíso perdido.

A través dos fragmentos do diario dun arqueólogo, coñecemos a vida dos mulai, unha civilización que xurdiu dunha misión espacial fracasada da que xa ninguén se lembra. Os mulai non só conseguiron sobrevivir e perpetuarse nunhas condicións climáticas extremas, sometidos a unhas estacións imprevisibles, se non desenvolveron unha forma de relacionarse moi particular: cada individuo traballa cando e no que quere, non hai xerarquías sociais, non existe a propiedade e sempre se agrupan de tres en tres. Partindo do achegamento a esta civilización, Munir Hachemi achéganos en El árbol viene, ás preocupacións da nosa época, dunha forma poética e cunha imaxinación desbordante, cerando imaxes tan belas que nos obriga a observar o mundo que habitamos con ollos novos.

"No estoy seguro de que los mulai conozcan la literatura. Desde luego, si entendemos por literatura el complejo dispositivo cultural que existe en nuestras sociedades, no la conocen; si la entendemos como el uso lúdico y hedónico del lenguaje, sí. Cuando ejecutan sus danzas; cuando se sientan en un rincón y empiezan a murmurar palabras, dejándose llevar por ellas y llegando así a otras nuevas que acabarán por pasar a la comunidad o por desaparecer en cuestión de minutos (...); cuando pasan horas en el scriptorium escogiendo papeles que luego ordenan; cuando hacen caligrafía, en todos esos casos, creo, están haciendo literatura. A Fluke se le ocurrió hace mucho, una idea revolucionaria: que firmaran sus textos. Lo hicieron durante algún tiempo, pero la práctica terminó por caer en desuso como una extravagancia (entre otras cosas porque muchas veces la firma pasaba a formar parte del texto). En cambio, sí he visto a algún mulai estampar el glifo de su nombre en una resma de papeles que ha ordenado. El escritor entre los mulai, no es, así, más que un organizador de palabras, lo que me lleva a preguntarme hasta qué punto nuestros escritores no lo son también, hasta que punto no lo soy yo mismo. Pero entre los mulais, las resmas no se fijan, no se grapan ni se cosen, y las sucesivas reordenaciones hacen que las firmas que aparecen aquí y allá pierdan su sentido; las palabras pasan de mano en mano hasta que se desgastan y ya nadie sabe quién las ordenó por primera o última vez."

Fragmento de El árbol viene, de Munir Hachemi (Periférica)

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