Sabina Urraca cóntanos en El celo (Alfaguara) unha historia sobre a domesticación, a animalidade do desexo, o medo como herdanza e o poder dos contos. Poltergeists, cans tolos e unha historia familiar que se constrúe a bocados e silencios. Escollemos un anaco da novela e uns cantos libros nomeados, tanto en El celo como na presentación que fixo Sabina Urraca na nosa libraría, para acompañar esta entrada no blog: "Mamá, siento La Fuerza. Jamás lo dijo, pero lo pensó. ¿Había que ir al médico por aquel secreto? Enrique, su profesor preferido del instituto, le daba cigarros. Fumaban juntos en la trasera de las canchas. Enrique leía de un vistazo sus fuerzas internas, la furia adolescente que no sabía dónde poner y que entonces colocaba en todos sitios. Él le contaba cosas, ella se reía. ¿Sabes los poltergeists? Esto de que se mueven los muebles solos se abren y se cierran las puertas la gente siente que la empujan o la disparan por los aires. La gente piensa que son fantasmas o el demonio pero nada que ver".

"Enrique leía filosofía, psiquiatría, parapsicología, la revista Muy Interesante, la Más Allá. Le había mostrado ilustraciones de Marie-Angélique Memmie, la primera niña feral, que vivió sola en los bosques durante diez años. ¿Por qué me enseñas esto? ¿Te crees que soy así? Todo su desdén adolescente saliendo a relucir en una ofensa tonta. Enrique se reía, se encogía de hombros. Chica como tienes ese carácter. Ella le cogía el cigarro y se lo estrujaba contra la pared. Enrique le contaba que estaba demostrado que los poltergeists se producían con más frecuencia en casas en las que habitaban niñas, chicas adolescentes. La psique de una adolescente es alto voltaje tiene una fuerza que ni te imaginas. ¿Tú crees que ese cabreo que llevas siempre encima esas ganas de matar y patearlo todo no podrían levantar una mesa por Los aires sin tocarla sin pensarlo siquiera? Lo decía con sorna, vacilándole, pero sabiendo que aquello llegaba a alguna parte dentro de ella. Después hacía que se ponía solemne, citaba: ¿Qué necesidad hay del demonio cuando asta la persona? Y la señalaba. La Humana se reía y sentía un miedo gustoso. Antes de volver a clase de Biología hacía una parada en el baño para invocar La Fuerza. Incluso allí, con ese olor a meados y voces reconocibles al fondo, era fácil. Pensaba en cualquier persona, se lo ponía difícil a sí misma. La mujer que vendía bocadillos en el puesto ambulante por fuera del instituto. Esa señora irrespirable, podrida de vivir, que los trataba con desprecio. Levantaba la camiseta, el top. Sus pezones, uno en cada junta de azulejo, apoyados apenas. La Fuerza siempre estaba ahí, lista para visitarla".

- Zama, Antonio Di Benedetto (Adriana Hidalgo)
- Sangre en el ojo, Lina Meruane (Random)
- Soo, Juli Mesa (La Bella Varsovia)
- Poesía reunida, William Carlos Williams (Random)
- Dios también es perra, María Paz Guerrero (Torremozas)
- Cuaderno de campo, María Sánchez (La Bella Varsovia)

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