Cuaderno azul

Este libro séntese como un xeado fresco nunha tarde de agosto. Cuaderno azul (Temporal) é unha pequena xoia de Laia Argüelles Folch, a quen comezamos a seguir polo tamén recomendado Breve ensayo sobre la carta (Temporal). Breve, fragmentado e cheo de ideas vibrantes, Cuaderno azul é unha narración sobre o pracer de nadar, ler e observar. A voz narradora frecuenta piscinas municipais no período estival durante os últimos quince anos. A partir deste feito, Laia Argüelles constrúe un caderno no que se entrelazan reflexións sobre a memoria do corpo, a escritura, a lingua ou as imaxes.
"La natación requiere y, a su vez, permite una concentración particular. En el desplazamiento a nado, la vida exterior queda en suspenso. Como la lectura, la natación solo cabe si en su ejercicio nada se interpone. Cuando eso es posible, podría considerarse que pocos espacios hay en la vida cotidiana con una potencia como la del espacio del agua. Precisamente porque requiere una interrupción de la vida, irrumpe la vida. (...)
En su negación provisional del espacio exterior, por contraposición el espacio interior se duplica. Para nadar es necesaria una oscilación
de cualidades anfibias: al desplazarse, el cuerpo alterna, a ambos lados del umbral, movimientos que van de fuera a dentro, y al revés, desde dentro hacia fuera. Junto a la cuna, el columpio, el balancín o la mecedora, la natación es la forma más estable de vaivén que se me ocurre, y además, de todas ellas, la única que cambia el aire por el agua. Por añadidura, a ratos cambia incluso el cuerpo por el alma; así lo pide Anne Carson, y yo la apoyo, cuando, incitadora, escribe: «Soul: / swim!».
Nadar posibilita ausentarse –estar ausente, no estar– durante un breve período de tiempo o, al menos, permite ese mismo efecto (hacer
como si no se estuviera). Y es que apenas puede interrumpirse a quien nada; en constante movimiento, el cuerpo nadador deja de estar localizable. Nadando es innegable que el cuerpo circula y, sin embargo, se extrae de la circulación en ese mismo flujo. Como el secreto, la natación marca una división de tiempo extraña; al mantenerse fuera de la circulación terrestre de manera decisiva –al no entrar en ese circuito–, el cuerpo se despliega en el margen. Por eso, o para eso, ir a nadar: ritual secreto, abstracción, privada incumbencia."
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