La intrusa

La intrusa é a historia de Diana, unha moza a que todos os seus amigos detectan unha incongruencia consigo mesma. Este desapego —que é a única que non percibe— lévaa a visitar a unha anciá, metade curandeira, metade meiga, que a envía ao seu interior para sacala desa turbulencia identitaria. Unha vez dentro, Diana visitará varias rexións do seu corpo, cada unha co seu carácter particular e allea ao que fan as demais. A través da súa xeografía corporal, Diana tentará atopar o que lle permita volver a sí mesma. Este libro, mestura das novelas de aventuras e Érase una vez... El cuerpo humanoé unha proposta refrescante e unha crítica ácida á cultura dos coach e dos libros de autoaxuda, aínda así, sendo un libro que ten unha vontade humorística, a novela introduce tamén á reflexión sobre que somos e, á vez, dinos que non nos preocupemos tanto polo noso interior, que a observemos con humor en vez de angustia. 

O. DONDE SE CUENTAN, VAGAMENTE, LOS PROLEGÓMENOS Y LOS PORQUÉS DE ESTA AVENTURA

"He aquí la historia de Diana, la reina de las bobas y de las lumbreras, la capitana de los tira-que-te-va, una inconsciente de manual. He aquí la historia de Diana y de sus problemas: cómo aparecieron, cómo los afrontó, cómo se adentró en ellos y cómo salió de ellos, si no victoriosa, como mínimo de una pieza, que no es poca cosa. Diana vio lo que vio y ahora no puede no haberlo visto, y cuando regresó del viaje se dijo: Esto, antes de esforzarme en olvidarlo, debería contárselo al personal.

Hela aquí, pues, a Diana. Sus aventuras comenzaron porque dijo: ¿Por qué no?, cuando podría haber dicho: No, y entonces nunca habría tenido esos problemas. Todo lo que le pasó, los berenjenales en los que se metió, los días en la cárcel, las persecuciones y las calçotades, la explotación de menores, las grandes obras de ingeniería, los malentendidos, las riadas de turistas, los bailes de bastones... ¿Podría habérselo pensado dos veces? Efectivamente, pero a posteriori siempre es más fácil llegar a conclusiones sensatas. Por motivos circunstanciales, pragmáticos, materiales y por un pasmo sin precedentes, Diana no tomó notas durante la aventura. Tenía un acompañante más pequeño que una pulga, pero ahí ya llegaremos cuando toque. En cualquier caso, el periplo fue lo bastante estrafalario como para que recordase la mayoría de detalles.

Ahora que el viaje se ha acabado, Diana piensa: bocachancla, sabihondilla suprema, la próxima vez ten dos dedos de frente y deja reposar la idea, rúmiala, que coagule, y te la miras con objetividad, con una mirada un poco encaminada a protegerte de ti misma. Pero en aquel momento no pensó nada de esto. No pensó nada ni miró a ningún lado. Solo quería que la dejasen en paz, así que dijo lo que no tenía que decir e hizo lo que no tenía que hacer, y lo que sí que dijo y lo que sí que hizo, combinados de esta manera específica, es lo que la llevó a las tripas apestosas de sí misma". 

Libraría NUMAX |